jueves, 31 de marzo de 2011

Con la iglesia volvemos a topar

¡Quien dice que ese señor bajito que gobernó el destino de los españoles (en lo universal, eso sí) no hizo nada bueno! ¡Que se lo digan a la iglesia!.

Veréis, el toque de atención me lo dieron cuando, en el blog de "calleja de las flores", el señor Manuel Harazem nos ponía al tanto de la inmatriculación de la mezquita de Córdoba en un par de artículos(I y II) bien ilustrativos de la situación. Perdón, de la santa iglesia catedral.

Heme aquí, displicente, enturbiado y acérrimo en las entelequias de que tal cosa no podía ser.

¿La iglesia, trincona? ¿La iglesia, ejerciendo de propietaria, latifundista y acumuladora? ¿no será que estoy confuso?. Será, entonces, que lo hacen por el bien del rebaño, por el mejor reparto de la riqueza en el futuro, por la administración de los bienes espirituales y para evitar a sus amados católicos entrar en disputas y peleas que no sirvan más que para cebar la siempre atenta boca Quilónica de los más ateos e incrédulos. Si nuestros exégetas así lo hacen, será por todo eso, y más que aún no podemos conocer, pues forma parte del plan divino que el redentor tiene pensado como traca final para salvar nuestra iglesia de estos terribles tiempos de abandono y molicie espiritual...

O será quizás, y en todo debemos estar, que no es tan manso el pastor como se le infiere. De nuevo, hace unos días y como para terminar de despertar mi incredulidad, llega a mi poder copia del documento de inmatriculación en el registro de la propiedad que, como SANTA IGLESIA CATEDRAL, ha cursado el señor obispo (Dios le Guarde muchos años) de esta diócesis Cordobesa. Helo:


¿Y que es eso de las inmatriculaciones? Pues sencillamente, un privilegio de una providencialmente bien redactada ley hipotecaria nacida en 1946, que le concedía a la iglesia católica, entonces y ahora (con la modificación de dicha ley en 1998), la potestad para registrar a su nombre bienes que hasta entonces no conocían ningún título de propiedad. Véase templos, casas, locales, ermitas, garajes, huertos, etc... Aquí les dejo un excelente reportaje de TVE sobre el asunto, que está dando quebraderos de cabeza a varias comunidades del norte de España.

La iglesia, contra la iglesia. La iglesia, contra la historia. La iglesia, de nuevo, contra todos, cegada, intolerante, apropiadora y más preocupada por su pérdida de poder político (que desde mi punto de vista, nunca debió de tener) que por el rumbo de los nuevos tiempos y las necesidades reales de los fieles que, desconsolados y aburridos de una iglesia llena de rituales vacios, prefiere abandondar y tirar la toalla.

Y es que al parecer y según la curia, cuesta hacer oír a Dios si peligra el cepillo...